martes, 5 de marzo de 2013

Mi mayor error.

Solía (suelo) preguntarme el porqué de las cosas. 
¿Para qué? (me pregunto luego)

Gran contradicción.

Las cosas pasan, llegan, se van, ocurren... o simplemente jamás llegan. Quizá aquello que tanto esperamos... desesperamos. O aquello inesperado... aparece.
Pero preguntarse el porqué de todo, anticipar, predecir, es limitarse. No dejar lugar ni margen a lo imprevisto.
Las veces que me he sentido más feliz, son todos los imprevistos, las ocasiones y situaciones no planeadas. Aquellas veces que la vida me ha sorprendido. Porque me ha pillado desprevenida, desnuda.

"Cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende..."

Como cuando le conocí, como cuando la conocí. Como cuando os conocí.. me habéis dado desde entonces, los momentos más felices de la vida..
Porque, al fin y al cabo, todo ocurre cuando tiene que ocurrir.
Y por ello, precisamente por esto, sabes que tu vida puede cambiar de un momento a otro... porque nada está escrito. O quizá sí...

Pero aún no lo sabemos.