¿Para qué? (me pregunto luego)
Gran contradicción.
Las cosas pasan, llegan, se van, ocurren... o simplemente jamás llegan. Quizá aquello que tanto esperamos... desesperamos. O aquello inesperado... aparece.
Pero preguntarse el porqué de todo, anticipar, predecir, es limitarse. No dejar lugar ni margen a lo imprevisto.
Las veces que me he sentido más feliz, son todos los imprevistos, las ocasiones y situaciones no planeadas. Aquellas veces que la vida me ha sorprendido. Porque me ha pillado desprevenida, desnuda.
"Cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende..."
Como cuando le conocí, como cuando la conocí. Como cuando os conocí.. me habéis dado desde entonces, los momentos más felices de la vida..
Porque, al fin y al cabo, todo ocurre cuando tiene que ocurrir.
Y por ello, precisamente por esto, sabes que tu vida puede cambiar de un momento a otro... porque nada está escrito. O quizá sí...
Pero aún no lo sabemos.
Querida Lucía:
ResponderEliminarSiempre salimos ganando cuando nos preguntamos el porqué de las cosas. Precisamente, porque vamos camino de la Verdad; la que habita en nosotros mismos y más allá de nuestra epidermis.
La vida es un continuo descubrirse para llegar a ser cada día más auténtico. Es un esfuerzo necesario. De lo contrario, caeríamos asesinados por la orfandad de los que no se sienten miembros de nada ni nadie.
Un fuerte abrazo. Dios te bendiga.
Jesús
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