lunes, 13 de enero de 2014

Co(n)razones o sin ellas.

Nos comimos los paréntesis en menos de dos meses,
se nos fue de las manos para venirnos al pecho.

Justo ahí, 
donde colocas mi palma en tus cosenos
y me dices que te encuentre el corazón que yo tengo.

Me tragué tu bombeo una vez que pisamos el cielo
y desde entonces lo guardo dentro de mi.

Lato por dos, 
y me delato cuando intento parar uno de los latidos
-el tuyo siempre habla bajito y el mío es un Correcaminos-

Pero es mío, 
y te lo pienso cuidar como si fuese tuyo,
pienso dormir tu corazón por todas las veces que no ha vivido.

Tengo pensados 27 planes para contarte
que las venas que lo cubren son los besos que aún no te he dado, 
para convencerte de que la vida
se mira sin un corazón hecho a medida.

Pero el tuyo es una excepción, 
y me viene de miedo para ponérmelo cada día.

Es casi tan perfecto como tú, corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario