Y yo, siempre, tengo abrazos en stock para ti, para cuando no puedas dormir, para días eternos en los que te estás apunto de rendir. Abrazos disponibles las 24 horas, que es lo máximo que puede durar un mal día. Esos abrazos que curan cualquier pesadilla.
Te propongo viajes cuando estás cansada de la rutina, y te digo que todas las fronteras que quiero cruzar son las de tu piel. Que vamos a prohibir los días serios con penas de morirnos de risa.
Todas las veces que no puedas dormir, voy a estar ahí, arriba, abajo o al lado, pero voy a estar ahí. Que los dos hemos suspendido alguna vez la asignatura del estar pegados, que es como la distancia de seguridad, la cuestión no es estarlo mucho, sino estarlo en el momento y la distancia adecuados.
Me llamarás y me dirás que estar enamorada es estar sola en la cama y estar helada, pero también es verdad eso que dicen que lo malo no es estar sola, sino, sentirse sola, aunque haya más gente que te habla. Que no va a haber más soledades en este dúo de cuartos, no va a haber escenas de lágrimas en este reparto de portales.
Dicen que los problemas son una cuestión de perspectiva, y yo estoy dispuesta a que demos todas las vueltas que sean necesarias en un sofá hasta que seamos solución.
Te digo, además, que el insomnio sólo merece la pena si es compartido, y yo le sumo a eso un "si es contigo". Lo que más me gusta de ti es cuando dices contigo.
Decirnos las cosas con frases de canciones o libros, y saber que puedes hacer todo lo que te propongas porque ya sabes que yo siempre confío.
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