Estoy hablando de perder horas, días e incluso años por el absurdo capricho de no querer asumir que todo lo que ocurre es por algún motivo, ya sea antes o después, y que nunca se tiene en cuenta. Creo que todo es consecuencia. Y quejarse de una consecuencia es absurdo.
Lamentarse de un comienzo es insensato. Creer que todo es casual o insignificante (como yo solía creer) es estúpido y hace que la vida sea completamente aburrida.
A mí nadie me enseñó a pensar y mucho menos a esperar. A dejar a las cosas su tiempo de cura. Pero sí quiero aprender a pensar y también a esperar. No encuentro una actividad mejor en la que emplear la vida.
Pero no para estar toda la vida pensando y esperando, eso sería una locura, sino para no estar toda la vida desesperanzada.
¿Conocéis esa sensación de estar viviendo, en tu propia vida, una película ajena? En la que ni sientes, ni padeces...
Bendita la hora en la que me di cuenta de que nada es demasiado importante...
"Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe."
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe."
Y ahora, cobra realmente sentido esta canción:
*Ha sido un sueño maravilloso...