jueves, 18 de abril de 2013

Con las ganas..


1. Pon el vídeo de fondo.
2. Lee atentamente el texto.
3. Espero que te guste.



Luce un lunar en el muslo derecho.

Una firma, una impronta, tan íntimamente escondida como un beso importante, brillante en todo su marrón, luminoso y ardiente. Un beso de luz que quemó. Como esos que todavía guardo entre las grietas secas de mis labios.
Secas de ti, que ya no llueves. Y así ando sobreviviendo-te. Ya espero más convertirme en polvo lunar que volver a verte.Lo agradezco, a veces.
Creo que la labor destructiva que quisimos llevar a cabo entre beso y espalda ya cumplió su función hace tiempo. Derrumbamos ciudades y vimos como nos caían las ganas a los pies, tan solo unos segundos por detrás de la ropa.
Perdimos la ilusión casi a la vez, en medio de la encarnizada, entre revolcón y abrazo, pero yo, sin saber si quererte o no, decidí no poder dejar de tenerte. Querer acercarme más y más me derritió las alas, Ícaro jamás soñó tener tantas ganas al sol como te las tuve yo a ti.
No supe hacerlo de otra manera, solo quería tenerte cerca, muy cerca. Seguro que sabrás perdonarme la insistencia.
Dentro de mi se mataban a palos la necesidad de olvidarte, y el apetito de ti. Todo guerra, muerte y destrucción. Lucha, pasión y sueño, todo, por ti.

Al final tú fuiste el único que se salvó, y sí, hablo de salvarse, de huir y de todo eso que yo no puedo hacer porque quiero seguir teniéndote aquí. Quiero que vuelvas. Aunque vuelvas a destruirme, aunque nunca vuelvas para quedarte, no tengo defensas contra ti,  pero te quiero aquí, ahora y siempre. Hasta cuando juro y perjuro que no te echo de menos, hasta cuando no te pienso, te extraño.

Antes me llovían las nubes y las estrellas, de noche y madrugada, más tarde casi a todas horas.
Lluvia, y nostalgia inundándome entera, reduciéndome al silbido silencioso de esa famosa calma que sobreviene a la tormenta.
Cómo avivábamos la tormenta tu y yo.
Y la lluvia fugaz.
Qué eléctricos eran nuestros roces.  
Si haces memoria te darás cuenta de que estoy en todos los momentos en los que te llueve.
Si haces memoria...
Si hago memoria... no puedo olvidarte, aunque no sea eso lo que quiero.

martes, 5 de marzo de 2013

Mi mayor error.

Solía (suelo) preguntarme el porqué de las cosas. 
¿Para qué? (me pregunto luego)

Gran contradicción.

Las cosas pasan, llegan, se van, ocurren... o simplemente jamás llegan. Quizá aquello que tanto esperamos... desesperamos. O aquello inesperado... aparece.
Pero preguntarse el porqué de todo, anticipar, predecir, es limitarse. No dejar lugar ni margen a lo imprevisto.
Las veces que me he sentido más feliz, son todos los imprevistos, las ocasiones y situaciones no planeadas. Aquellas veces que la vida me ha sorprendido. Porque me ha pillado desprevenida, desnuda.

"Cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende..."

Como cuando le conocí, como cuando la conocí. Como cuando os conocí.. me habéis dado desde entonces, los momentos más felices de la vida..
Porque, al fin y al cabo, todo ocurre cuando tiene que ocurrir.
Y por ello, precisamente por esto, sabes que tu vida puede cambiar de un momento a otro... porque nada está escrito. O quizá sí...

Pero aún no lo sabemos.





lunes, 14 de enero de 2013

Domingo atravesado.

¿Sabes cuál es la peor parte de mis domingos?
Me acuerdo de ti, y no puedo evitar pensar en las veces que no he podido llenarte de esos besos que no querías recibir. También me cuesta no tener ningún motivo para volver a buscarte, que los hayas destrozado como hiciste con todos los planes que jamás podremos llegar a cumplir.
Y mira que la Navidad llega cada año más temprano y todos se colman de regalos y fiestas (algo que nunca he llegado a entender del todo), y parece que se quieren más que en el resto del año (esto no lo he entendido desde el principio), y tú y yo tan distantes en el tiempo y el espacio, sin siquiera ganas de querernos un poco.
Ahora tenemos nuevos proyectos, y sobre todo, nuevas ilusiones basadas en otros ojos que sí supieron mirarnos. Mucho mejor así, es verdad. Tenías razón, aunque siempre me haya costado reconocerlo, como siempre me ha costado empezar un nuevo año sin tener nuevos propósitos.
Solo quiero decir que, después de todo, quizás (siempre es quizás tratándose de ti) debamos volver a todos los sitios que pisamos una vez, y así volver también al recuerdo, y comprender que siempre hemos debido tratarnos de manera distinta a como lo hicimos. No sé si mejor o peor, tal vez sólo diferente.
Yo lo sé y tú también deberías saberlo. Que el "Voy a volverme viento para entrar en cada hueco que dejaste sin cerrar" nunca pretendía llevarse de frente todo lo que habíamos conseguido hasta entonces. Y ahora el viento ha traído el frío y me vuelvo a acordar de ti, y de mí contigo, y sé que nunca volveré a ese momento, y curiosamente, eso es lo que me hace progresar.

Y, aunque sea una pena, es entonces, al desprenderme de ti, cuando mis formas empezaron a tender hacia el futuro perfecto.



miércoles, 19 de diciembre de 2012

"Es apartar los miedos"

Puede que esta noche no sueñes conmigo, ni que pienses en mi, por poco tiempo, sin intensidad, sin dejarte la vida en ello.
Puede que esta noche caiga por tu piel el frío que ahora siento, y no necesites mi consuelo, porque creerás que es cuestión del tiempo. Que la noche es gélida y que tú sólo necesitas refugiarte del invierno.
Puede que el alcohol te llevase a frases etilizadas, sin más verdad que una verdad distorsionada. Puedes cerrar los ojos, y no ver nada; incluso abrir la vida de una sentada, y no ver nada.

Y, mientras, yo, puedo y debo pensar que todo es cuestión de filosofía. Mientras me mueve la pasión y no el alcohol, ni la noche, ni tu cuerpo, ni tu sonrisa, ni tu protección.. De una noche que conservo celosamente con cariño, de por vida...

Mientras, tú, que no ves más que el empirismo de las rutinas y, yo, que no veo más que con los sentidos. Y mi sentido común es demasiado peculiar para tu vulgar egoísmo. Y es entonces cuando, siento haber sentido. Siento haber sentido por quien jamas hubo existido. Por quien tan sólo fue una invención de un par de noches, con las cuales he soñado desde que comprendí que el amor no era eso. El amor es apartar los miedos.

Pero tú jamás llegarás a los parámetros del amor en su totalidad..
Tú, que te delimitas en tu amor propio.
Tú, que no connotas de versos cualquier simple gesto.
Tú, que no te dejas llevar por las vísceras.
Tú, que eres frío como el invierno. Del que no quieres ser consciente y finges no saberlo. Del que cargas la culpa al tiempo...
Tú, que para el amor no hayas tiempo.
Tú, quien jamás se dejará amar por miedo a amar.

Mientras te escondes en tus pretextos y mentiras, yo me desnudo en un intento por hacerte recapacitar, hacerte profundizar y hacerte meditar. Por hacerte sentir la poesía que emana de ti hasta la sed de mis ojos. Aunque sepa que es en vano, que las personas así no cambian. Me da pena, que te quedes ahí. Estancado. Como hace cinco años. 

Tú, nacido para hacerme sentir después de tanto tiempo...
Y sufrir...


Y aunque no quiera nada y estoy quemada, me da pena..

sábado, 8 de diciembre de 2012

Desordenada.

El agua se escurre entre tus dedos. Las gotas se sostienen un momento. Pero caen, y desaparecen de tu vista.
Sientes que los momentos pasaron y ya no volverán. Tus palabras murieron en esos pensamientos y ya nadie podrá escucharlas. Para ellas, el mañana ya no existe.
Porque como tú, nacieron para SER, pero el momento pasó y ahora no volverá.
¿Acaso crees que la vida te dará otra oportunidad?
Esa sensación de tu estómago ha vuelto, y sientes que no habrá otra vez.
Te miras al espejo y sabes que tus ojos no atraparon la luz en su momento y, aquello que no hiciste, no volverá hacia ti.
Es la vida la que se escurre entre tus manos. 
Hay una estrella solitaria allí en el cielo. Está sola. Sola con la oscuridad de la noche que le rodea.
Te preguntas si en realidad así es tu vida. Porque el tiempo no parece que haya pasado, el latir de tu pecho se siente como antaño.
Y sin embargo, sabes que mañana será igual. Sabes que siempre será igual.
Hace frío en la brisa de la noche. Tus manos se resienten, quieren estar acompañadas.
Esa vieja sensación, que necesita saber de alguien que camine a tu lado, quizás muera con el amanecer y todo acabe.

No todos los sapos se vuelven príncipes, por mucho que los beses...



jueves, 6 de diciembre de 2012

Metáforas.

Siempre he hablado de ti como esa pequeña historia que cuentas cuando quieres verte reír, o cuando quieres acabar las frases sin aliento.
Llegaste casi de casualidad, alterándolo todo.
Siempre anticipabas las mareas, y si la luna estaba un poco más grande que de costumbre, me sacabas de casa a bailar bajo la luz de las farolas del vecindario. Todo iba bien, a veces, hasta parecía que podrías borrar lo que antes me había estado sirviendo de oxígeno, e implantar tu aire en mis pulmones para respirar un poco.
Entonces llegaron los reproches, y se empezó a distorsionar esa realidad tan paralela y absurda en la que me había acomodado. Las malas contestaciones, los llantos que antes eran sonrisas, las miradas empezaron a gritar, y ahí ya no hubo manera de controlarlo.
Aparecieron las pesadillas, las llamadas a un número ocupado que no hacía más que comunicar, aunque no hablaras con nadie (o eso decías), las fobias a todo lo que te/me recordaba a ti/mí.
Esa extraña forma de quererte cuando no te tenía.. y echarte de más cuando estabas al lado... O esas veces en las que despertaba contigo, aunque no estuvieras y mis brazos sólo pudieran agarrar tu recuerdo en la parte fría de la cama.
Pasamos a esa fase de resurrección en la que traer unos helados por la tarde y dormir en el sofá era lo más "apropiado". Inservible, pero "apropiado".
Y otra vez a intentar dejarme ir detrás del aire que mueve las hojas caídas que deja Octubre, y el otoño tras su paso, pensando que cada una de ellas era un minuto que estábamos desperdiciando en no querernos...
Era como una pared que no me dejaba ver la realidad.
Pero volviste a irte, y empecé a repetirme la misma frase:
            "Cuando quiera volver, que vuelva..."
Irremediablemente se cumplió eso de que uno sólo conserva lo que no amarra, y ahora que pretendes volver, yo no sé si ya me he ido..





jueves, 22 de noviembre de 2012

Lo que quiero.

Que me beses si te beso,
que te enredes en mi pelo, 
que me huelas, que te huelo.
Que los días sean eternos,
que tus ojos, que tu pelo.

Que nunca lleguen las dos,
para no decirte adiós.
Que no tenga que irme otra vez,
otra vez al mismo andén.

Que me acompañes si llueve, 
pero si hay sol también.
Que me toques si te toco, 
que te enredes, si me enredo.
Que me mires si te miro, 
y si te ignoro, llamamé.

Que si no hablo, tú me hables.
Que si no te miro es porque espero,
porque espero que me gires, 
y me digas lo que siento.

Que no pienses, que no pienso.
Que te dejes, que me dejo.


Lucía Seva  22.11.2012