lunes, 17 de febrero de 2014

Saber que se puede.

Lo que más me gusta de mí es cuando dices conmigo, en los días malos en los que saltan mis canciones preferidas en los aleatorios o en los días de sol en los que tus gafas de tous ponen filtro de parada a nuestros labios cuando saben a ganas. Me gusta que mis ojos hagan de cámara de fotos para así recordar esas mañanas en las que me despiertas con un "buenos días princesa" y un beso seguido de todas nuestras ganas. Porque trasnochar juntos es una de las formas que tenemos de amar. Esas noches en las que planeamos futuros improvisando realidad, en las que no respondes lo que no quieres contestar, noches desveladas de palabras, en las que somos dos gotas de tinta que no se callan. 

Y yo, siempre, tengo abrazos en stock para ti, para cuando no puedas dormir, para días eternos en los que te estás apunto de rendir. Abrazos disponibles las 24 horas, que es lo máximo que puede durar un mal día. Esos abrazos que curan cualquier pesadilla.

Te propongo viajes cuando estás cansada de la rutina, y te digo que todas las fronteras que quiero cruzar son las de tu piel. Que vamos a prohibir los días serios con penas de morirnos de risa. 
Todas las veces que no puedas dormir, voy a estar ahí, arriba, abajo o al lado, pero voy a estar ahí. Que los dos hemos suspendido alguna vez la asignatura del estar pegados, que es como la distancia de seguridad, la cuestión no es estarlo mucho, sino estarlo en el momento y la distancia adecuados.

Me llamarás y me dirás que estar enamorada es estar sola en la cama y estar helada, pero también es verdad eso que dicen que lo malo no es estar sola, sino, sentirse sola, aunque haya más gente que te habla. Que no va a haber más soledades en este dúo de cuartos, no va a haber escenas de lágrimas en este reparto de portales.

Dicen que los problemas son una cuestión de perspectiva, y yo estoy dispuesta a que demos todas las vueltas que sean necesarias en un sofá hasta que seamos solución.
Te digo, además, que el insomnio sólo merece la pena si es compartido, y yo le sumo a eso un "si es contigo". Lo que más me gusta de ti es cuando dices contigo. 
Decirnos las cosas con frases de canciones o libros, y saber que puedes hacer todo lo que te propongas porque ya sabes que yo siempre confío.



sábado, 1 de febrero de 2014

Como no teníamos nada que ver, usamos otros sentidos.

Va a llegar un momento, en el que todas las cosas que no sabemos, las sabremos. Veremos claro que los horizontes sólo están pintados. Que el futuro solamente es a donde vamos.
Tal vez pienses que ser optimistas es pedirnos demasiado, pero los ojos no mienten y en los tuyos, aunque estemos en tormenta, el cielo está despejado. Que muchas veces sólo necesitamos un empujón para intentarlo. Que lo llevamos dentro, que tirar para delante es innato. Que de vientos y mareas aquí no pueden hablarnos, que fuimos todos los putos barcos, los que se hundieron y los que se pusieron a salvo. Que dejen de engañarnos, y dejemos de engañarnos. Que igual una persona no puede llevar el mundo en su costado, pero sí que puede ayudar a llevar el mundo de otra a su lado.
Y vamos a dejar de alarmarnos por todos los miedos que quieran que tengamos,  que si antes no había monstruos en los armarios, ahora no hay nada que pueda terminarnos. 
Que se escuchan más los rumores que llevan las calles que las cosas que hablamos.
Que si hay que gritar, mejor nos gritamos, que ya llevamos mucho tiempo callados y los gritos sólo duran el tiempo que alguien esté escuchando.

Y a veces no importan los finales, ni los principios. Sino en donde estamos. Si hoy son todos los días de nuestras vidas, mejor que merezcan la pena los daños.




*Llevo la sonrisa forzada y el alma un poquito en alerta
porque derribaron mis botes, 
quedé flotando en mar abierta.
Si me olvidas vivirás tranquilo, 
tendrás planes y proyecciones, 
si me olvidas no habrá remolinos
ni altibajos de emociones.
Porque el momento de encontrarnos
llegó en plena tormenta, 
y aunque mis velas te buscaban, 
tu dirección estaba quieta.

viernes, 31 de enero de 2014

It doesn't matter.

A veces en la vida... bueno, voy a decir en mi vida y así no generalizo, crees que estás en un bando, etiquetas las cosas para ponerles un orden y resulta que tardas mucho tiempo en darte cuenta de que no. Que no es así. Que nunca ha existido ningún jodido bando y que más vale darse cuenta pronto de ello para no perder la vida quejándote de lo injusto o de lo desordenado que puede resultar todo.
Estoy hablando de perder horas, días e incluso años por el absurdo capricho de no querer asumir que todo lo que ocurre es por algún motivo, ya sea antes o después, y que nunca se tiene en cuenta. Creo que todo es consecuencia. Y quejarse de una consecuencia es absurdo.
Lamentarse de un comienzo es insensato. Creer que todo es casual o insignificante (como yo solía creer) es estúpido y hace que la vida sea completamente aburrida.
A mí nadie me enseñó a pensar y mucho menos a esperar. A dejar a las cosas su tiempo de cura. Pero sí quiero aprender a pensar y también a esperar. No encuentro una actividad mejor en la que emplear la vida.
Pero no para estar toda la vida pensando y esperando, eso sería una locura, sino para no estar toda la vida desesperanzada.

¿Conocéis esa sensación de estar viviendo, en tu propia vida, una película ajena? En la que ni sientes, ni padeces...

Bendita la hora en la que me di cuenta de que nada es demasiado importante...

"Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe."

Y ahora, cobra realmente sentido esta canción: 


*Ha sido un sueño maravilloso...

lunes, 13 de enero de 2014

Co(n)razones o sin ellas.

Nos comimos los paréntesis en menos de dos meses,
se nos fue de las manos para venirnos al pecho.

Justo ahí, 
donde colocas mi palma en tus cosenos
y me dices que te encuentre el corazón que yo tengo.

Me tragué tu bombeo una vez que pisamos el cielo
y desde entonces lo guardo dentro de mi.

Lato por dos, 
y me delato cuando intento parar uno de los latidos
-el tuyo siempre habla bajito y el mío es un Correcaminos-

Pero es mío, 
y te lo pienso cuidar como si fuese tuyo,
pienso dormir tu corazón por todas las veces que no ha vivido.

Tengo pensados 27 planes para contarte
que las venas que lo cubren son los besos que aún no te he dado, 
para convencerte de que la vida
se mira sin un corazón hecho a medida.

Pero el tuyo es una excepción, 
y me viene de miedo para ponérmelo cada día.

Es casi tan perfecto como tú, corazón.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Bebe de la sed que siento al respirarte.

A veces lo pienso y.. ¿te digo qué?

Creo que necesito una banda sonora para apartarte el pelo antes de besarte. Sin canciones aleatorias, sin modo repetición. Necesito medir el tiempo de una forma más útil que dependiendo de un reloj. Porque, sinceramente, me parecen absurdos los relojes y el tiempo que creen marcar.
Ellos no saben que un minuto sin ti es más de una hora, y que sin embargo, 24 horas contigo sólo me saben a un minuto.

Que cuando esté tronando fuera algún día de este invierno, parezca que esa noche tú y yo fuésemos a ser las únicas dos personas de este mundo. 
Y empiezo a imaginarte arañándome la espalda mientras se queda la cena fría. Te imagino mordiéndome mis ganas de hacerte parte de mi, mientras yo muerdo las tuyas por estar conmigo, por hacer de ese momento una eternidad.
Y te imagino rompiéndonos la carne, como si quisiéramos meternos dentro y llevarnos algo nuestro a la rutina.

Como si eso ya no lo hubiésemos hecho...
Como si yo ya no te llevase tan dentro de mi...
Como si no fuésemos conscientes de que esto, ya es para siempre, sea como sea...

Y yo, que me empeño en medir el tiempo a base de canciones. Desde la canción uno te estaba esperando. Y cada noche escucho las treinta y cinco canciones del disco. Cinco veces; que es lo que dura una noche hasta que amanece. Y siempre duermo con la esperanza, de que antes del amanecer, tú ya me hayas despertado. 



domingo, 1 de diciembre de 2013

Hola día 1.. :)

Guardas en tu cuerpo el calor del verano,
y cada vez que yo me muero de frío no me abrigas, 
tú te desnudas,
y me abrazas,
y no encuentro metáfora mejor para decir
que eres eso de lo que todos hablan, 
pero mío,
el amor de mi vida.

Si al rato tengo calor, 

me susurras inviernos al oído,
me soplas el cuello como una brisa de primavera
y terminas empapándome de todas esas noches frías
en las que nos habríamos derretido
con tal de habernos podido dar un poco de calor.

Eres el vuelco al corazón tras una buena noticia,
lo que se siente al volar por primera vez,
ese cosquilleo en la espalda,
y en todo el cuerpo cada vez que te veo, 
cada vez que te pienso, 
los 10 segundos antes de verte;
los nervios, 

las prisas,
el deseo cuando la vela se apaga.
Un regalo inesperado
que ha cambiado tanto mi vida
que ya no entiendo de los días, 
de las horas o los minutos, 
si no es una cuenta atrás 
que termine con tu mano en mi cintura
y mi boca en tu sonrisa.

Si crecen preguntas en tu ombligo
prometo responder con besos y versos, 
para que jamás olvides
que lo que tú tienes dentro, 
eso, es lo más bonito que yo he visto en la vida.


"Deja de respirar por un minuto y sentirás lo que yo siento cuando tú no estás"



sábado, 23 de noviembre de 2013

No dejes de soñar.

Ven ahora, que me van a dar las cinco y media pasadas y todo el mundo está dormido ignorando el reloj. Ven ahora, que nadie se entera de qué hora es. Ven, que te he dejado un camino de besos en mi cara para que no te pierdas.

Vente, que va a llegar Diciembre y yo sólo tiemblo si te imagino con frío bajo la manta. Vente, con calma, y conmigo, dejándome adivinar tu llegada gracias a la melodía que canta tu respiración. Vente, que tengo que contarte los lunares por si algún día se te pierde alguno.

Porque te conocí en medio de la nada, mientras yo hacía vudú al aire, buscando el alfiler que lanzaba para que te pinchases en la paja de mi mente. Porque te miré con los ojos cerrados, y le dijiste a mi rímel que por la mañana no me dejase abrirlos, porque de sueños se vivía. 

Y yo me quedé ahí, mirándote y preguntándome por cómo me latía el corazón, y si tú serías uno de esos sueños.

Después de besar tu sonrisa, busqué desesperadamente el alfiler y la aguja, pues sólo quería coser mis labios a los tuyos, con un hilo de voz. Y te echaba la culpa, y de menos, por las heridas que tenía en los míos hechas por mis ganas, y por las tuyas.

Déjame explicarte, ahora que duermes, por qué sale el sol. Por qué hace tan mal tiempo donde hemos vivido. Y sólo te diré que es una excusa, para mojar tu piel o para que salgan tus pecas a bailar en el salón de tus mejillas, y he de confesarte, que sé de qué color son tus ojos, porque viven encima de tu sonrisa.

Y es que no encuentro razón mejor para escribir de madrugada que la de despertarte a versos, volándote bajito. Y es que no sé qué hace Cortázar con sus citas que son sólo frases célebres. O Neruda escribiendo poesía si no te ha visto resumir apuntes, o escribir la lista de la compra. Tampoco entiendo que el sol siga saliendo los días que tú te quedas en casa.

Anda, ven. Que el frío y mis ganas arañan la piel.